A pesar de la diversidad estilística y temática entre tres obras de teatro británicas, The
Plough and the Stars (El arado y las estrellas, 1926) del dramaturdo irlandés Sean O'Casey, The Birthday Party (Fiesta de cumpleaños, 1957)
del premio Nobel ingñes Harold Pinter y Rosencrantz and Guildenstern are Dead (Rosencrantz and Guildenstern está muertos, 1966) del famoso dramaturgo y guionista cinematográfico inglés Tom
Stoppard, estas tres obras tienen en común un aspecto relevante: la
frecuente utilización del juego en escena en situaciones críticas de las vidas
de los personajes. La coincidencia se extiende, además, al hecho de que éste se
presenta en una doble vertiente: el juego verbal y el juego manual o físico, ya
sea con cartas, monedas, un tamborcillo o un pañuelo.
Lo extraordinario de estas concomitancias me ha
llevado a indagar los motivos por los que tres dramaturgos británicos del siglo XX han
elegido el juego para expresarse en un escenario. Para ello he analizado, por un lado, las razones por las que las personas -en este caso
personajes- juegan en un estado agudo de tensión (en este aspecto contamos con
la obra de inestimable valor de Daniil B. Elkonin Psicología del juego) y, por otro, el
significado y efecto dramático de dichas situaciones lúdicras.
Dicho estudio apareció publicado en 1993 bajo el largo título: El juego
como un componente estructural y psicológico en The Plough and the Stars, The
Birthday Party y Rosencrantz and
Guildenstern are Dead, en la revista de Filología inglesa ES (Valladolid: UVA, 17: 109-117).
Pero lo podeis encontrar, asimimismo, en pdf en el siguiente enlace:
http://www.google.es/url?sa=t&rct=j&q=&esrc=s&source=web&cd=44&ved=0CD4QFjADOCg&url=http%3A%2F%2Fdialnet.unirioja.es%2Fservlet%2Ffichero_articulo%3Fcodigo%3D2028561&ei=cCJzT9-fFc6a0QWmz5XhDw&usg=AFQjCNGVjAgWLx0wTvPzXRJ1DKw7eWXFng
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